Nació en 1859 en Cataluña y murió en 1909 de forma prematura, ajusticiado después de la Semana Trágica de 1909 e injustamente condenado por instigador de la misma.
Pertenecía al partido anarquista, fue acusado de mansón, era participe de la masonería.
Se forma en las primeras letras en una escuela de Alella (Barcelona), marcadamente católica, y en ella ya experimenta los rigores de los métodos pedagógicos del director, párroco de Alella.
Los golpes y los castigos severos eran sus métodos de enseñanza.
Esta primera experiencia hace de Ferrer que posteriormente defina la educación como “equivalente a domar, adiestrar y domesticar…”
Pertenece al movimiento de la pedagogía racionalista y fundador de la floreciente Escuela Moderna a principios del s. XX en España y que fue truncada por su injusta condena. Posteriormente su legado fue postergado como tantas otras innovaciones por la infame guerra civil española
En 1970, con la ley general, se introdujeron ideas de esta escuela racionalista.
Ferrer y Guardia comenta de su propia escuela: “para hacer las bases de la escuela moderna no tengo más que tomar lo contrario de lo que viví en mi infancia”.
Ferrer pudo materializar su pensamiento pedagógico gracias a la señora Mountié. Esta mujer, viuda acaudalada, católica convencida (“ella creía con fe honrada) y observante de la moral católica a la que daba clases y que con el trato frecuente con ella formó de él tan excelente juicio que le otorgó su amistad y absoluta confianza, permitiéndole viajar con ella y su nueva compañera sentimental por muchos países de Europa y que a su muerte le dejó en herencia todo su capital con el que creó numerosas escuela populares, fue su mecenas póstumo.
De sus múltiples conversaciones con Ferrer, ella se vio obligada a reconocer que no todo irreligioso es perverso, ni todo ateo un criminal empedernido.
De esta relación, sus viajes y encuentros con personajes como Pestalozzi, Ferrer pone en marcha numerosas escuelas (Madrid, Sevilla, Málaga , Granada, Cádiz, Córdoba, Palma, Valencia, Galicia) y en el extranjero (Sao Paulo, Ámsterdam, Lausana, Stilton, Inglaterra, Italia) en las que sus pensamientos y sus principios se basaban en la pedagogía racionalista, hereda de las corrientes laicista escolares del siglo XIX, que recomienda la creación de las escuela laicas que impartan una “educación integral” a los hijos de los trabajadores.
Enseñanza emancipadora, desprovista de prejuicios burgueses, religiosos y patrióticos, mediante el uso de libros emancipadores basados en la ciencia positiva y al servicio de los mejores ideales sociales: libertad, igualdad y fraternidad. Y que dio soporte a la pedagogía racionalista de 1909 a 1939.
Características de la pedagogía racionalista:
1) Estima antipedagógica la memorización sumisa y pasiva
2) Enseñanza no autoritaria, sin castigo, sin premiso ni exámenes, y con la participación e integración del alumno. Sus principios son razón, libertad, supresión de castigos, premios, y exámenes, no autoritarismo y coeducación.
3) Considera el libro de texto como un punto de apoyo para los alumnos y maestros, más que como rígida programación de la actividad docente.
4) Consideran la elaboración y exposición de trabajos prácticos por parte del alumnado como algo esencial para poner en práctica la materia desarrollada a lo largo del año.
5) Se trata de poner al alumno en situación de recrear activamente los procesos elementales del saber como la observación, la investigación y el espíritu crítico.
6) Requiere la libre actividad cooperadora del educando el cual se constituye a su vez en educador de sus compañeros más jóvenes (mentor)
7) El adulto, por su parte, no debe imponer al niño sus puntos de vista, ni sus valores. La enseñanza debe adaptarse a la psicología del niño.
8) Para los racionalistas no hay mejor método que los juegos y las actividades manuales
9) Aprenden a poner en común sus puntos de vista y experiencias personales
10) Participan a menudo en charlas, conferencias sobre temas de interés científico y social. Organización de frecuentas excursiones al campo.
11) Defensa roussoniana de lo natural que se concretaba a un exaltación de lo artificial
12) Se propugnaba la coeducación y las colonias de verano.
13) Los contenidos de aprendizaje se pretende que sean inspirados y controlados por el quehacer científico-experimental
14) Los contenidos no se ofrecía de forma aislada inconexo, en comportamientos estancados, sino que se cuidaba en presentarlos estructurados por una concepción “darwinista-social”, historicista y naturalista. GLOBALIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA
15) Estos planteamientos reafirmaban su posición laica respecto las cosmovisiones religiosas, en particular de la iglesia católica. La pedagogía racionalista insistía en el carácter mitológico de las explicaciones religiosas. Estos planteamientos consiguieron atraer las siras de los sectores más conservadores de la iglesia católica.
16) Tendencia al autodidactismo, el muchacho que se acerca a una escuela racionalista debe formarse, en buena medida solo. El muchacho aprende más por su contacto con los libros que escuchando a un conferenciante, ocupados en otros menesteres
17) Resulta doloroso al profesor sentirse prescindible, pero ello indica que ha culminado su trabajo. Pongo al niño en condiciones de que, el día que falte yo, sepa él, o el día quiera prescindir de mí, sepa él por su cuenta bastarse a sí mismo
18) Exaltación de los valores de Solidaridad de clase, que persigue la justicia social con fin primordial
19) Se considera que, tanto o más que la razón, los sentimientos contribuyen a personalizar al individuo. Por ello frente al “sentimiento domesticado”. Hay de devolver su valor a los instintos, a las pulsiones elementales, ye n especial a las pulsiones eróticos sensuales.
Gracias a la contribución de Ferrer y su escuela Moderna, y a través de su heredera directa la escuela racionalista, entran en España los postulados de la escuela nueva, que los movimientos de renovación pedagógica de la burguesía en Cataluña y los hombres de la institución libre de enseñanza en Madrid popularización en la década de los años 20.
CITAS
“Si de algo estamos satisfechos, si de algo estamos hartos, es de hombres que piensen bien y obren mal. Necesitamos una escuela donde se cultive sobre todo en el niño el sentimiento, que logre que cada niño sea un hombre con carácter capaz de saber traducir en actos sus pensamientos”. Ocaña (discípulo de Ferrer)
Reivindicando la importancia del sentimiento, sentaba en cierto modo las bases de la superación del intelectualismo que, desde el Renacimiento viene tarando la educación europea.
(Cfr. Pere Solá, catedrático de historia de la educación de la universidad)
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